Humanos con humanos no con vampiros. 19 (Parte 2)

Capítulo 19
PVA Marshall and Fionna

El vampiro miró a Fionna y ambos entendieron lo que decía el otro en un instante. Cuando se giraron Benny ya se había sumergido en el bosque, en dirección a la fiesta, en la oscuridad. Lucharon en contra del viento también y los ciudadanos de Aaa siguieron los pasos de Benny que conocía mejor el lugar que ninguno de ellos.

Al llegar a lo que antes era la fiesta se encontraron con una multitud atemorizada, caótica. 

Fionna sentía que no tenía aliento y no precisamente era porque hubiese corrido mucho. El corazón le latía con fuerza al sentir que el vampiro la mirada con la muy tenue luz que ahí había pero intentó forzar su atención en el camino y en las caras de todas las personas que corrían despavoridas por algo, o alguien. Fue entonces que fuera de un rostro asustado, se encontró con la valiente y alerta mirada de una chica de cabello ondulado y vestido limón. 

-¡Karla!- gritó, al momento en el que Marshall se hizo invisible y Cake se ocultó en el pantalón del príncipe. La morena los miró y descansó los hombros corriendo hacía ellos entre la multitud aplastante. Una pequeña brisa comenzó a caer sobre de ellos pequeña pero tupida a montones- ¿Qué ha pasado?

-Estábamos todos bailando y después el cielo comenzó a cambiar de una manera impresionante, entonces vi que ustedes se metieron entre el bosque y Miriam comenzó a seguirlos así que fui decidida a patear su trasero. Sin embargo en cuanto logre acorralarla ella comenzó a cambiar y se convirtió en algo espantoso Fi, se que suena de locos pero realmente su aspecto cambió y ella... sus ojos...

- Te creo Karly, se a lo que te refieres- razonó la rubia.- Finalmente tenía razón. Ella era Asudem.

- ¿Asudem? Fi, habla claro- fue entonces cuando la chica notó a sus extraños acompañantes y creyó notar que la mujer tenía la piel azul pero quiso pensar que la lluvia obstaculizaba su vista y comenzaba a alucinar. 

- No tenemos tiempo, ¿Has visto a mini-Marshall?

- Bueno... a decir verdad no. Creí que estaba con ustedes, en cuanto se sumergieron en el bosque le perdí de vista.

Benny y Fionna se miraron, tan preocupados que apenas si podían mantenerse en pie. 

- ¿Has visto a donde se ha ido, Asu... Miriam?

- No, luego de su extraña transformación me miró y luego no recuerdo que paso. De pronto estaba de regreso aquí, en la tempestad total, cuando todos comenzaron a perder la razón y corrían atemorizados por la mujer que parecía estar hecha de babas y piel de serpiente. 

- Bien-dijo Fionna dirigiéndose a todos- ésto es lo que haremos. 

De un lado, saliendo en dirección a las orillas de la ciudad corrían Fionna, Karla y Ice Queen mientras que en el corazón de la ciudad Benny, Marshall y Gumball custodiaban y revisaban al lugar. No fue si no hasta que las sombras comenzaron a acercarse cuando el caos azotó a cada uno de los ciudadanos por completo. Pero aun la cosa empeoro a su mas grande expresión en el momento en el que avionetas enemigas atravesaron la nube de humo negro que se arremolinaba en torno a los edificios: y rocas cayeron de nuevo en caída libre. Varias de éstas cayeron cerca de las chicas que solo retrocedieron cautelosas.

- No tengo idea de como encontraremos a mini-Marshall así.

- Y yo no entiendo porque le dices mini-Marshall y no simplemente Marshall. 

- Es mas práctico, conocemos otro Marshall. Como sea- dijo al ver la nube negra de nuevo en el cielo- realmente quiero saber que es éso. 

- Yo puedo...

- No IQ-dijo Fionna rápidamente- le he prometido a Gumball y a Marshall que no dejaría que te pusieras ésa corona y cumplo mis promesas-la reina iba a protestar pero delante de ellas, con el humo descendiendo una figura oscura creo una imagen del mismo color que la que había visto Karla hacia unos minutos. Unas risas demoníacas y estrepitosas resonaron en los oídos de las tres y la cara de Asudem logró crearse junto con su perfecto cuerpo, delineado y entallado en el vestido que usaba Miriam. 

-¡Pero mira que lindura! Han venido a rescatarte, es tan dulce- dijo aun riendo la bruja.

- ¿Qué quieres de nosotros, maldita?

- No es que quiera algo precisamente de ustedes, estúpidos. Simplemente odio que interfieran en mi planes, si tan solo te hubieras acoplado y te hubieras quedado aquí Alisson-murmuró con expresión de locura total la mujer- todo hubiese sido mas fácil. 

Su boca marcaba una gigante línea en forma de sonrisa y su nariz era respingada, pequeña. Sus ojos, que de habían alargado dejaban ver sus iris desbordando locura. 

- Yo no soy Alisson.

- Es una verdadera tristeza, Alisson-dijo encajosa quitándose un tipo mascarilla que llevaba sobre la cara, dejando lucir su hermoso pero aun mas aterrador rostro mirando directamente a los ojos de Karla- comenzabas a caerme bien. 

Entonces, de alguna extraña manera, escamas de piedra comenzaron y llenar el cuerpo de la joven, la cual respiró hondo y termino convertida en piedra total. 

- ¡NO!- gritó la rubia al momento en el que la mujer se iba disuelta en aquel humo negro de nuevo- ¡VUELVE ACÁ, MALDITA!- lloriqueó. Sin embargo ella ya había desaparecido. Luego miró a su amiga, como una estatua, con ese porte valiente, sin siquiera una marca de miedo o rendimiento. Fionna gritó lo mas fuerte que pudo, desesperada, cayendo sobre sus rodillas en el pavimento mojado. Su grito era tan desgarrador que ella sentía como todo aquel coraje salía de su garganta. Jamás había sentido tanto terror y dolor al mismo tiempo, éso no podía compararse a ningún dolor físico. Deseaba que éso terminara, lo mas pronto posible. Era tanto el sentimiento que podía sentir como cada poro de su piel soltaba cierto dolor que la perforaba aun mas. Las lágrimas que cubrían su rostro no eran mas que ligeras capas de agua en comparación a dolor que sentía. Gritó de nuevo y con voz quebradiza maldijo con toda su alma a aquella mujer. Gritó una y otra ves sin parar, con todo lo que podía, reclamándole al cielo. Gritó dejando sacar todo eso que sentía, tan solo gritó.

La reina solo contemplaba la escena sin poder mover un musculo, con la mirada baja y respetando el dolor de su compañera. En cuanto Fionna se hubo descargado en su totalidad le ayudo a levantarse. En cuanto estuvo de pie, miro sus ojos y se asusto con lo que vio. Por primera vez, en su alma infantil y buena pudo lograr ver un verdadero odio, un odio que jamás había estado en su corazón. 

- Fionna, vamos con los demás, tenemos que advertirles de lo que esa mujer es capaz. 

- Ice Queen...-dijo la chica recuperando la estabilidad y alzando la cabeza- voy a matar a esa mujer-su voz era tan frívola y dura. Como si no fuese capaz de tener un solo sentimiento nunca mas- LA MATARÉ. Y si no lo hago, quiero que lo hagas por mi.

Dicho esto se dirigió de regreso al centro de la ciudad bajo la lluvia asesina que caía a trozos sobre su pálida piel. La reina helada se acercó a la chica vuelta piedra y le miró con melancolía. Acarició su mejilla y luego puso su mano sobre el pecho de ésta, entonces comprobó su teoría, seguía viva, pero no por mucho.

- Prometo que regresaremos por ti, prometo que lo haremos. 

Y luego echó a andar tras la humana sin mirar atrás. 

Los tres chicos buscaban sin parar por todo el lugar, Marshall se volvía invisible y se alzaba en el aire hasta poder ver cada rincón del lugar sin éxito. 

- No hay nada, ningún rastro de él.

- Lo se y no puedo creer como es que no hemos dado con él, llevamos casi dos horas buscándolo. 

- Oigan- interrumpió Gumball- ¿Qué esas no son las chicas?

Los tres giraron la vista y efectivamente, bajo esa fuerte bocanada de gotas de lluvia llegaban la reina y la heroína, en silencio, la segunda de ellas sin alguna expresión visible.

- ¿Chicas, que ha pasado?- preguntó Benny pero Fionna se siguió de largo ignorando su pregunta- ¿Fionna?

- Hey, Fionna- la mirada de la chica era lejana como si estuviera muerta en vida, al igual que si hubiera pasado por algo realmente traumante.

- Simone ¿Qué ha pasado?- inquirió Gumball acercándose a ella.

- ¿Y Karla?- inquirió Benny. 

- Ella...

- Esta muerta. Asudem la a convertido en piedra.- La voz de Fionna dejó un sonido hueco en la cabeza de todos, y mayormente en la de Benny que no podía procesar una sola palabra-. Y todo ha sido mi maldita culpa, no he hecho nada. ¿Se dan cuenta? he dejado que muriera- gritó mientras todos la veían como si hablara otro idioma- ha sido culpa mía, culpa mía y solo culpa mía.

- Eso no es verdad Fionna...- dijo Simone mirándola fingiendo enfado- no podías saber que éso ocurriría. 

- Debí saberlo, es mi deber como heroína. 

- Exacto, eres heroína, no psíquica.

- ¿Qué haremos ahora?-cuestionó Gumball para terminar aquella pelea irracional. 

Marshall contemplaba la expresión de Fionna, era como si realmente hubiera perdido la razón. Tenía los ojos fuera de órbita y temblaba mirando al vacío.

- ¡FIONNA!-gritó el vampiro tomándola de los hombros captando su completa atención- ¡NO HA SIDO TU CULPA! NO PODÍAS SABERLO. ¿QUIERES CALMARTE DE UNA BUENA VEZ? Estas comenzando a asustarme.- luego de que la humana regresara a la realidad se notó el cambio. Su mirada regresó a ser esa valiente pero inocente mirada de antes y sus ojos se llenaron de lágrimas de verdadera tristeza- Fi, te estas volviendo loca. No quiero perderte a ti también- dijo el vampiro atrayendola a su pecho y abrazándola con fuerza. La chica solo chilló. 

Sin embargo, Benny había perdido el hilo de lo sucedido en el momento en el que Fionna había pronunciado las palabras: "Esta muerta". Algo realmente dentro de él estaba muerto, y no era como una simple sensación de tristeza. No entendía porque le dolía tanto, como si la vida hubiera perdido toda belleza, como si al oír esas palabras él hubiera muerto también. Como si ella se hubiera llevado su alma y jamás podría sentirse vivo de nuevo. Porque sin darse cuenta él se había enamorado de su mejor amiga. La chica ruda que jamás se dejó mangonear por algún chico. A la cual nunca había visto llorar por un hombre en toda su vida, si no porque su equipo de americano había perdido. Se enamoró de que ella fuera diferente y se dio cuenta de que jamás le había visto una sola novia. Era raro sentir eso por una chica gay, mas siendo su mejor amiga. Así mismo entendió que ella realmente no gustaba de las mujeres, solamente era demasiado fuerte y orgullosa como para dejar que un simple hombre la lastimara. Y por eso era especial. 

Vio a su hermano de mayor altura abrazando la cabellera rubia de su amiga pero no podía oír nada, como si hubiera perdido cualquier sentido que no fuera el de la vista. Luego miró a los otros dos chicos, aquellos raros sujetos. Y se sintió solo, como si nadie en este mundo pudiera sentir su dolor. Entonces echó a correr hacía uno de los bosques mas cercanos, y vomitó.